El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva fue condenado este miércoles por el juez brasileño Sergio Moro, responsable por la Operación Lava Jato (Lavadero), en primera instancia, a nueve años y medio de prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Moro lo encontró culpable en el caso en que se le acusa de ser el verdadero propietario  de un apartamento triplex en la localidad de Guarujá, litoral de Sao Paulo.

Lula fue acusado por los fiscales federales de haber recibido 3,7 millones en sobornos de la constructora OAS por contratos firmados con la petrolera estatal Petrobras. El Ministerio Público sostiene que los valores fueron entregados a Lula da Silva a través del apartamento en Guarujá y el pago de almacenamiento de bienes recibidos por el ex presidente como regalo en el periodo en que fue presidente.

Moro consideró al ex presidente culpable en el caso del triplex y lo absolvió en relación al almacenamiento de bienes. Es la primera vez, desde la Constitución de 1988, que un ex presidente es condenado criminalmente. El juez evitó decretar la prisión del ex mandatario “considerando que la prisión cautelar de un ex presidente de la República no deja de suponer ciertos traumas; la prudencia recomienda que se aguarde el juicio de la Corte de Apelación antes de extraer consecuencias propias de la condena”.