El Departamento de Estado de EEUU aseguró que ha comenzado a implementar una versión revisada de la política de restricción de viajes del presidente estadounidense, Donald Trump, tras la decisión de la Corte Suprema de principios de esta semana de permitir que entre en efecto parcialmente esa prohibición.

Las nueva prohibición de viaje restringe a las personas de seis países, en su mayoría musulmanes, la entrada a Estados Unidos por 90 días y a todos los refugiados por 120 días, a menos de que ellos puedan probar de “buena fe” una relación con parientes cercanos o entidades, como escuelas o negocios, en EEUU, según anunció la Corte Suprema el lunes. Los seis países a los que se aplican estas medidas son Siria, Sudán, Somalia, Líbia, Irán y Yemén.

Específicamente, las conexiones cercanas incluyen a los padres, esposos, prometidos, hermanos, niños, hijos adultos, yernos, hermanastros y otros miembros de la familia adoptiva que ya se encuentren en EEUU, de acuerdo con el Departamento de Estado. Sin embargo, algunos lazos familiares estarán excluidos de las relaciones de “buena fe”, incluidos abuelos y nietos, así como tíos.