Un juez federal en los Estados Unidos dictó siete sentencias perpetuas en contra de Marciano Millán Vásquez, un presunto exmiembro del cártel de los Zetas, por su participación en la muerte de al menos 18 personas en México y en acciones relacionadas con el narcotráfico que generó la masacre de al menos 300 personas en la zona norte de Coahuila.

Marciano Millán Vásquez, alias “Chano”, “Orejón”, o Rigoberto Sánchez Ramírez, fue encontrado culpable de 10 cargos en un juicio llevado a cabo el año pasado en los Estados Unidos hace un año. En el juicio fue presentado como un exmiembro de un grupo delictivo del crimen organizado, de haber participado y ordenado el asesinato de varias personas en México, de participar en el contrabando de drogas y de estar involucrado en los hechos de sangre registrados en la región norte de Coahuila; incluyendo los registrados en el interior del penal de Piedras Negras.

El juicio contra Millán Vásquez acaparó la atención de los medios internacionales, dados las declaraciones vertidas por testigos protegidos, algunos de ellos también exmiembros del crimen organizado y quienes señalaron al exmiembro del cartel de los Zetas como responsable de diversos actos violentos y sangrientos registrados en la zona norte de Coahuila.

Una de las narraciones que mayor controversia causó fue el señalamiento directo de Millán Vásquez como el líder de los Zetas en Piedras Negras y quien asesinó a una niña de seis años desmembrándola con un hacha frente a sus padres. Un testimonio más daba cuenta del uso del Centro de Reinserción Social de Piedras Negras para desaparecer los cuerpos de las víctimas, utilizando tambos con ácido; durante un periodo que abarca del 2011 al 2013. Además de establecer que las víctimas eran de los municipios de Allende, Morelos, Nava, Acuña y Piedras Negras; según dio cuenta en su momento el diario San Antonio Express News.