El jueves, el Obispo de Saltillo Raúl Vera López encabezó junto con sacerdotes de la Diócesis una rueda de prensa en la que dijo sentir un profundo dolor, tristeza y consternación por la muerte del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, vicario de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la colonia La Aurora de Saltillo, quien se encontraba desaparecido desde el pasado 3 de enero.

El jerarca católico dijo que fue “un conflicto” que se generó entre el Padre Joaquín y unos amigos lo que llevó a este fatal desenlace, de acuerdo con datos revelados por  autoridades de la Procuraduría de Justicia de Coahuila.

Mencionó que de acuerdo con las mismas autoridades, el cadáver del presbítero fue encontrado en las inmediaciones del municipio de Parras de la Fuente y se encontraba semienterrado, e indicó que si no hubiera sido por una de las dos personas que intervinieron en el hecho, según la Procuraduría, hubiera sido “muy difícil” dar con el cuerpo, ya que se encontraba oculto entre veredas y brechas, que no hubiera sido posible sortear si no hubieran llevado a la persona en mención.

Raúl Vera López declaró que ha sido igualmente difícil para los demás integrantes de la curia diocesana enfrentar el deceso del Padre Joaquín, que dijo, es el primer caso de homicidio de un sacerdote en el tiempo que lleva como pastor al frente de la Diócesis de Saltillo.

El Obispo manifestó que la sociedad se encuentra actualmente en una situación crítica en donde la violencia “se ha convertido en una constante”, y en la que nadie, ni siquiera los sacerdotes, están exentos de ser víctimas de esta violencia.