A 10 días de permanecer internado en estado de gravedad, luego de haber sido mordido por un perro pitbull en la colonia Las Margaritas, el pequeño Iker no resistió la mortal lesión que sufrió en la yugular y sucumbió la mañana de este lunes en el Hospital Universitario de Saltillo.

A las 10:35 horas se registró el deceso del infante, quien luchó desde el primer día ayudado por un aparato que le permitía respirar, pues los daños que sufrió en su organismo resultaron irreversibles, tan fue así que incluso, el Comité de Trasplantes del HU decidió que el menor no era candidato ideal para donación, debido a que existía el riesgo de que éstos pudieran encontrarse contaminados a consecuencia de la mordedura que sufrió.

Y es que tras saber que las posibilidades de que se salvara eran remotas, su familia había decidido dar en donación sus órganos, sin embargo esto ya no será posible.  En primera instancia se había informado por parte de la familia, que de confirmarse la muerte cerebral del menor, éste sería de inmediato “desconectado”, pero al final su padre se negó a esto y decidió que permaneciera con vida hasta que su muerte llegara de manera natural como ocurrió.

El deceso se debió a una falla orgánica múltiple por la falta de oxigenación se derivaron todas las deficiencias que lo llevo a la muerte.